Hay instantes de nuestra existencia que quisieramos omitir repentinamente.
Como recordar episodios que nos hacen traer a la memoria el dolor y la angustia.
Creo que hoy he experimentado todo eso en tan solo un minuto. A la vez pasan por mi mente miles de preguntas sin respuestas, o tal vez no me las quiero responder debido al dolor que me provocan cada una de ellas.
Hace unos días tome la determinación de cerrar uno de los ciclos más dolorosos que me ha tocado sufrir en el transcurso de estos últimos dos años.
La repentina partida de unas de mis más entrañables amigas, emprendiendo un viaje que anhelaba, pero no a su tan corta edad.
Lo que me ha echo en reiteradas ocasiones cuestionarme el verdadero sentido que tiene la vida para mi....
Como seres humanos no apreciamos el verdadero sentido que Dios le otorga a nuestras vidas y vociferamos en contra de él, debido a las determinaciones que cree necesarias y justas.
y por un instante recordé unos versos de Pablo Neruda que repetía mi memoria .
"Es tan poco lo que sabemos y tanto lo que presumimos y tan lentamente aprendemos que preguntamos y morimos".
Así es como la vida se nos pasa en un segundo y no disfrutamos de lo más relevante de nuestra existencia. La vida me ha mostrado que a cada paso que damos debemos de sacar algo en limpio de lo fascinante que es respirar y sentir que se está vivo, recordando también a aquellos que ya han partido pero sin dejar de sentir que debemos aprovecha cada instante que nos proporciona el creador para ser felices.